Colaboración transfronteriza requerida
La compañía aeroespacial propiedad de Elon Musk ha solicitado formalmente apoyo institucional para la recuperación de residuos generados por el accidente de su vehículo espacial. El siniestro ocurrió durante una prueba en tierra en el complejo de Starbase, según comunicado oficial.
“Hemos solicitado asistencia local y federal al gobierno de México para la recuperación de los restos relacionados con la anomalía”, mencionó la empresa en su comunicación pública. La declaración enfatizó la importancia de obtener autorización formal para realizar las actividades de recolección.
Impacto en territorio mexicano
Los fragmentos resultantes de la explosión alcanzaron zonas costeras de Tamaulipas, específicamente la playa Bagdad en Matamoros. Este evento provocó la interrupción del programa de liberación de tortugas marinas en peligro y generó preocupación por posibles contaminantes.
Las autoridades mexicanas ya han iniciado procedimientos de evaluación sobre posibles violaciones a tratados internacionales. La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que se analiza la posibilidad de emprender acciones legales por los efectos en el ecosistema y seguridad fronteriza.
Revisión de normatividad internacional
El gobierno federal ha activado protocolos de revisión conjunta con expertos del sector ambiental y seguridad. “Lo estamos revisando no solamente para hacer una revisión y punto, sino todo lo que tiene que ver con el lanzamiento de los cohetes que están muy cerca de nuestra frontera”, explicó la mandataria en rueda de prensa.
Entre los residuos identificados se encuentran componentes de caucho, plástico, aluminio y materiales de refrigeración. Organizaciones ecologistas han expresado preocupación por microfragmentos que permanecen en el entorno marino y su potencial impacto en la cadena trófica.
Contexto del accidente
El incidente se registró el 18 de junio en la estación de lanzamientos de Boca Chica, ubicada a corta distancia del límite internacional. Durante el regreso atmosférico, el propulsor principal sufrió una desintegración que dispersó escombros sobre el Golfo de México.
La empresa ha insistido en que los materiales empleados en la construcción del Starship han sido sometidos a análisis rigurosos que demuestran su inocuidad. “Las pruebas independientes previas realizadas a los materiales del Starship, incluidos los análisis de toxicidad, confirman que no plantean riesgos químicos, biológicos ni toxicológicos”, aseguró la corporación.