Economía y Finanzas Públicas

Red de lavado de dinero de Los Chapitos en Mazatlán: empresario y maquilladora encabezan esquema de blanqueo

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Un matrimonio de Mazatlán, integrado por un abogado dedicado al sector inmobiliario y una maquilladora con negocios en el rubro de la belleza, se encuentra en el centro de un escándalo tras ser señalado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por supuesta participación en actividades de lavado de dinero vinculadas al Cartel de Sinaloa. José Raúl Núñez Ríos y Sheila Paola Urías Vásquez ahora aparecen en la lista de personas sancionadas junto con múltiples empresas que presuntamente operan como fachada para el narcotráfico.

Ascenso empresarial bajo sospecha

El rápido crecimiento empresarial de esta pareja comenzó a llamar la atención de las autoridades internacionales. Núñez Ríos, de 44 años, originario de Rosario, Sinaloa, fundó en 2019 la Inmobiliaria Grupo 247, dedicada a la compraventa de propiedades en la zona costera de Mazatlán. En sus redes sociales, promocionaba oportunidades de inversión inmobiliaria con frases como:

“Imagina la Casa de tus sueños frente al mar, escuchando las olas, viendo el amanecer. Todo esto es posible al invertir en Casas del Fraccionamiento Playa Brujas. Comunícate con nosotros, haremos que tus sueños se cumplan”

.

Negocios aparentemente legítimos

Urías Vásquez, de 31 años, se hizo conocida en redes sociales por sus tutoriales de maquillaje y posteriormente abrió un spa de lujo en Mazatlán. Su hermana, Melissa Urías, también tuvo participación política al ser candidata a diputada local por el Partido Verde. La empresaria utilizaba su imagen en campañas publicitarias del spa, donde incluso modelos e influencers como Pety Juárez, reina de belleza de Sinaloa, frecuentaban sus instalaciones.

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Estructura empresarial sospechosa

En seis años, el matrimonio logró crear o adquirir alrededor de una docena de empresas distribuidas en sectores inmobiliario, de moda y hostelería. Diez de estas empresas fueron incluidas en la lista de sancionados por el gobierno estadounidense. Las autoridades acusan a Núñez Ríos de financiar a Víctor Manuel Barraza Pablos, jefe de plaza de Los Chapitos en Mazatlán, y de mantener vínculos cercanos con Iván Archivaldo Guzmán Salazar, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán.

El negocio inmobiliario como fachada

El sector inmobiliario ha sido señalado por expertos como un vehículo ideal para el lavado de dinero debido a la gran cantidad de capital que maneja. Según Luis Pérez de Acha, especialista en lavado de dinero, “el reto está en cómo se incorpora el dinero en efectivo al sistema financiero. Se maneja como sistema fachada, pero en el lavado de dinero se están celebrando operaciones verdaderas que pagan impuestos”. El especialista destacó que en México se permite el uso de efectivo en compras inmobiliarias por hasta 907,000 pesos, lo que dificulta el rastreo del origen del dinero.

Operaciones que mezclan dinero sucio y limpio

Según expertos, existen múltiples vías para integrar capital ilícito en el sector inmobiliario. Desde el pago de terrenos hasta la adquisición de materiales de construcción, pasando por honorarios profesionales y salarios de trabajadores, todo puede realizarse en efectivo. Salvador Díaz de León, especialista en prevención de lavado de dinero, explicó que “tienes la inmobiliaria, la desarrolladora, la casa de materiales, la empresa de transporte, tienes una empresa de recursos humanos para la mano de obra. Hay una cadena de empresas relacionadas que permiten realizar el lavado”.

Clubs de playa y otros negocios de fachada

Además de inmobiliarias, el matrimonio también controlaba negocios en el sector turístico, particularmente clubs de playa. Uno de ellos fue el Sea Wa Beach Club, creado en 2024 con permisos para operar como bar, restaurante y renta de cabañas. Núñez Ríos también participó en el Club Playa Real, una empresa creada en el año 2000 que fue reactivada para sus actividades. Hernández, experto en lavado de dinero, señaló que “es habitual en los esquemas de lavado de dinero ‘reactivar’ entidades que se crearon previamente, ya que tienen un historial operativo y financiero legítimo que las ayuda a pasar más desapercibidas”.

Estrategias para ocultar el control real

Urías Vásquez también poseía una tienda de vestidos de fiesta ubicada cerca de las oficinas de Inmobiliaria Grupo 247. Aunque aparecía públicamente en esta tienda y en su spa, en otras empresas solo figuraba como administradora o accionista temporal. “El hecho de poner a cualquier persona como testaferro o portanombres quita el foco sobre el propietario y se lo pone a alguien que no mueve los hilos. Permite a otro individuo estar entre las sombras. Es una estrategia de escudo para cuidarse”, explicó Hernández.

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Escalada en la lucha contra el lavado de dinero

Con la nueva política de Estados Unidos que considera a los carteles mexicanos como organizaciones terroristas, se ha intensificado la persecución de facilitadores financieros. Sin embargo, expertos coinciden en que el Cartel de Sinaloa cuenta con recursos suficientes y asesoría especializada para mantener redes de lavado complejas tanto dentro como fuera de México. Tras las sanciones del Departamento del Tesoro, ahora corresponde a las entidades financieras mexicanas reportar las operaciones sospechosas ante la Unidad de Inteligencia Financiera.

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