El arresto de Pablo Edwin Huerta, conocido como ‘El Flaquito’, el 17 de junio en Baja California, marca un momento crucial en la historia del Cártel de Tijuana. Esta organización, fundada en los años ochenta por el clan Arellano Félix y apodada ‘Los Aretes’, enfrenta ahora un proceso que algunos expertos califican como camino hacia su extinción.
Un imperio del narcotráfico en decadencia
Durante el liderazgo de los hermanos Benjamín y Ramón Arellano Félix, esta agrupación se convirtió en una de las fuerzas más poderosas del crimen organizado en México. Su estrategia comercial se basaba en la ubicación privilegiada de Tijuana frente a San Diego, California, lo que les permitió generar grandes fortunas mediante el contrabando de mariguana y cocaína hacia el mercado estadounidense.
Confrontación entre cárteles
La situación actual refleja un escenario de guerra entre organizaciones delictivas. Una alianza entre Los Chapitos y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) parece estar presionando fuertemente al Cártel de Tijuana. Fuentes del gabinete federal de seguridad coinciden en que la detención de ‘El Flaquito’ evidencia la debilidad creciente de esta organización criminal histórica.
Según información proporcionada, el ahora detenido líder perseguía a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, en un contexto de enfrentamientos entre grupos rivales por el control del narcotráfico en la región.